El principio de la venganza de Lady Constance
Lady Constance miraba por la ventana. Apenas estaba anocheciendo. Una sombra de preocupación afeaba su rostro. Ya habían encendido los faroles cuya luz amarilla iluminaba la siempre solitaria calle. Un coche tirado por caballos esperaba junto a la acera y el cochero aguardaba a su lado, fumando mientras el humo subía en espirales. Con un suspiro, dejó de prestar atención a lo que acontecía afuera y en cambio fijó su vista en su propio reflejo, que le mostraba el cristal. Una joven de cabello rizado rojo, cejas arqueadas, ojos verdes y labios delgados, finos y rojos le devolvía la mirada. Arregló su cabello, dejando que cayera por su espalda como una cascada escarlata. Sonriendo satisfecha consigo misma, iba a dar la vuelta cuando un golpe en la puerta la devolvió al estudio. Se dirigió hasta su escritorio y encendió el candelero. Segundos después un sujeto menudo rodó por el suelo hasta chocar contra una silla. Detrás venía Víktor, su mano derecha: un ho