Una Sorpresiva Renuncia
Los
productores de un videojuego quedaron destrozados: ¡no había rastro alguno de
la princesa! Y es que todos los juegos, aunque divertidos, trataban sobre la
princesa siendo raptada y dos hermanos, uno de los cuales era su novio, intentando
rescatarla. Pero los productores se negaban a entender que la princesa estaba
cansada de ser rehén. Meses antes había estado tomando clases de tiro y cuando
la fueron a secuestrar abrió fuego con un Ak-47 que compró a un traficante de
armas. El resultado: dos cadáveres (incluyendo el de su mascota, una tortuga
alada de caparazón azul que mantenía encerrada en una jaula por su agresividad)
y muchos casquillos de bala en el suelo. De ella no quedaba ni la corona ni el
sombrero rosado que tanto usaba.
—¡Busquen
a ver si hallan algo, lo que sea! —exclamó uno mientras terminaba de poner
patas arriba la habitación.
Seguían
buscando cuando escucharon un bip bip que venía del teléfono descolgado.
Minutos después estaban a punto de retirarse pero uno de ellos descubrió un
papel bajo un radio todavía encendido. Ignorando la canción “U can’t touch this” de MC Hammer, leyó impresionado
y en voz alta la siguiente nota:
¿Queridos?... productores:
Estoy harta de ser secuestrada.
Primero por un mono gigante y luego por una tortuga con guille de rockero. ¡ME CANSÉ!
Así que decidí defenderme. Les cuento que aprendí Taekwondo, soy cinta negra en
Karate y estuve entrenando con Caín Velázquez… ya saben, el famoso peleador y
campeón de la UFC. Además soy una experta en física nuclear (estando
secuestrada solo tenía tiempo para leer, logrando mi doctorado en línea) y soy
capaz de crear potentes bombas caseras con materiales básicos. ¡Podría
construir una ojiva nuclear si tuviera uranio o plutonio a mano!
Les dejo esta misiva
para anunciarles mi renuncia. Estoy junto a mi novio, a punto de celebrar
nuestra ansiada (y largamente esperada) boda. Él manda a decirles que nunca
tuvo idea del porque su hermano y él eran plomeros cuando NUNCA arreglaron una
tubería en sus vidas. ¡Y para mucho les sirvió! Peleaban contra fantasmas,
tortugas, plantas pirañas escupe fuego además de otros tantos monstruos
ridículos. Pero la gota que colmó el vaso es que yo reinaba sobre un pueblo de
hongos (¡Qué!) patéticos y cabezones que no podían hacer nada bien.
Pero eso ya terminó así
que les recomiendo que de ahora en adelante busquen otra princesa y otros
héroes porque nosotros renunciamos.
Atentamente:
Melocotón
Ninguno
de los productores podía creer lo que decía la carta y lo tomaron como una
broma. Pero aunque buscaron exhaustivamente durante meses no los encontraron. Y
eso que el FBI, la CIA, la Interpol, la KGB y casi hasta la Gestapo estuvieron
activos en esa búsqueda.
Dicen
por ahí que la princesa se cambió de nombre, arregló su atuendo, su peinado y
se dio un buen bronceado. La suma de todo eso la hizo irreconocible. Su esposo
se fue con ella y después de un cambio de atuendo y de afeitarse el poblado bigote,
dejó su infame vicio de comer hongos, quedando su tamaño en unos cinco pies y
poco más.
Ahora
viven en una hermosa isla tropical cuya arena es blanca y el agua de sus playas
trasparente como el cristal. Los habitantes de la isla cuentan que en las
noches escuchan el lamento de una criatura verde parecida a un dinosaurio que
llama a gritos a sus amigos mientras las estrellas doradas parpadean
incrédulas, rebotando por doquier.
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